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7 errores de principiante que tienes que evitar a la hora de digitalizar tu farmacia
- No tener una estrategia enfocada en objetivos
Si queremos triunfar tenemos que tener claro en qué queremos triunfar. Es muy importante que antes de empezar y de lanzarnos al mundo digital pensemos en el lugar al que queremos llegar mediante el vehículo digital.
Además, antes de empezar es conveniente que definamos un protocolo de trabajo, es decir que sepamos cómo vamos a gestionar la presencia digital de nuestra farmacia; quién se va a encargar de definir el contenido (promociones, eventos, blog) quién de las redes sociales o cómo vamos a actuar ante los comentarios (positivos o negativos).
- Centrarse demasiado en el mercado y descuidar al cliente
Tenemos que situar al cliente y no la tecnología en el centro de nuestra estrategia digital. Es importante pararse a mirar qué es lo que se ha venido haciendo en el sector, es decir, cómo han actuado nuestros compañeros que ya se han lanzado al mundo digital. Está claro que no podemos perder de vista que ha estado haciendo nuestra competencia hasta ahora, pero el foco lo tenemos que tener en cómo creemos que nuestro cliente va a reaccionar. La farmacia, es un negocio de proximidad que tiene la suerte de conocer a sus clientes y saber qué servicios extra puede ofrecerles mediante el entorno digital. Además, digitalizar la farmacia puede ayudarnos a llegar a más gente y atraer y fidelizar clientela… ¿Por qué no adaptar nuestra digitalización a ellos?
- No adaptarse, es decir trasladar las estrategias analógicas al mundo digital
A la hora de establecer una estrategia para un plan de digitalización de la farmacia es de vital importancia que no demos por hecho que podemos trasladar todas las estrategias que hemos aplicado offline al mundo digital. Muchas veces es fácil caer en la tentación de replicar aquellas acciones que nos han funcionado en la farmacia física.
Para ello hemos de saber que las herramientas digitales son flexibles y nos ofrecen un sinfín de posibilidades que podemos (y debemos) exprimir para maximizar nuestro éxito. Cómo hablábamos en el apartado anterior, debemos pensar en nuestro cliente y en qué servicios extra podemos ofrecerle mediante la farmacia digital. Las herramientas digitales son los suficientemente flexibles como para adaptarse a nosotros, pero nosotros debemos de perder el miedo y saber adaptarnos a ellas.
- No contar con la ayuda de un experto
Muchas veces, a la hora de emprender un proyecto digital no somos conscientes de su importancia. Una web, una app, un ecommerce o las redes sociales de la farmacia son la parte visible de nuestra farmacia en internet. Es por esto que es un error descuidar la imagen que vamos a tener en internet. Nosotros, desde la farmacia mejor que nadie sabemos qué queremos transmitir en el “mostrador” de internet, pero muchas veces es necesario que contemos con apoyo para poder realizar este trabajo y tangibilizar la esencia de la farmacia en una plataforma digital.
- Creer que puedo basar mi presencia digital en las redes sociales
Por otro lado, es un error común centrar sólo la presencia digital de la farmacia en un perfil social. Es posible que no todos nuestros clientes estén dados de alta en la red social que utilicemos en la farmacia, es por eso que una web no cierra ninguna posibilidad a nuestro público objetivo.
- No tener un blog, es decir, no generar contenido
Tenemos que ser conscientes de la importancia de dotar de contenido nuestra web. El contenido propio es lo que despertará el interés en los usuarios y atraerá tráfico a la misma.
- No medir resultados
Si no medimos no sabremos qué acciones y estrategias funcionan mejor con nuestros usuarios de los canales digitales, es por esto que medir es de vital importancia para aplicar una estrategia u otra.